La discriminación por edadismo en la sociedad actual
En la sociedad actual, desde el
ingreso de las nuevas tecnologías y el avance de la globalización, se ha ido
derivando a un problema de discriminación con nuestros mayores. Este problema
de edadismo es un gran tema a tratar en una sociedad, tanto mundial cómo en el
caso que nos centramos española, cada vez más envejecida (según datos el INE,
en 2001 la población española mayor de 65 años era de un 16%, en 2020 esta
población ha subido a un 21%) por lo que es primordial tratar este tema ya que
nos encontramos con un gran volumen de población, que después de contribuir al
país durante años se encuentra desamparada y abandonada en ciertos aspectos por
empresas y la administración pública.
A continuación, vamos a analizar
los tipos de discriminación por edadismo que sufren nuestros mayores a través
de la siguiente noticia del diario digital NEWTRAL.ES
En primer lugar, vemos como
ciertas palabras como “viejo” o “anciano” pueden llevar a un tipo de discriminación
indirecta, ya que, aunque no se usen en sentido peyorativo, a muchas
personas les puede hacer pensar que son personas dependientes que ya no tienen
nada que aportar a nuestra sociedad. También puede suceder en el caso de no
preguntarles por ejemplo donde quieren ir a comer o que película quieren ver,
como si ellos no tuvieran capacidad de decisión y tuvieran que ser dependientes
de los demás.
En el ámbito laboral se produce
una discriminación directa, ya que cuando muchas personas entregan su curriculum
vitae para acceder a un puesto de trabajo, se encuentran ante el rechazo de
las empresas para contratarlos por su edad, argumentando que no van a contratar
a una persona que se pueda jubilar a los pocos años o, en el caso de los
trabajos mas físicos, creer que por tener una persona mayor edad que otra va a
desempeñar ese puesto de una manera menos eficiente.
Otro aspecto en el que las
personas mayores sufren discriminación a consecuencia de una mala gestión de la
Administración Pública es en el acceso a la sanidad, en muchas ocasiones esta
población se encuentra ninguneada en el trato médico con ciertos diagnósticos
como “es normal que le duelan los huesos es por la edad” o ciertos tratos como
el caso de las residencias de mayores durante la pandemia en Madrid, en las
cuales se les negó la atención médica y la muerte digna a nuestros mayores cómo
claro ejemplo de discriminación por edadismo.
Por último, me gustaría señalar
la discriminación que sufren las personas de la tercera edad en el apartado de
las nuevas tecnologías. Ya que es una franja de la sociedad a la que le cuesta
aprender, aunque le ponen empeño, ciertos aspectos tecnológicos que por parte
de las empresas y sobre todo las entidades financieras se les ha impuesto.
Ejemplo claro este de las
entidades financieras, ya que se les impone a estas personas el uso de cajeros
automáticos que les cuesta entender y a lo que no están acostumbrados, así como
la obligación del uso de aplicaciones móviles que no saben manejar. Negándoles
una atención personal en la que ellos puedan desenvolverse y acceder mejor a
sus recursos que tanto les ha costado conseguir.
En conclusión, la discriminación
por edadismo es un tipo de discriminación que es un poco silenciosa porque no
se habla tanto de ella como de otros tipos de discriminaciones, pero que es
importante atajar tanto desde el plano público como privado para darle a estas
personas unos años de retiro en los que se sientan implicados en la sociedad y
no apartados como está pasando. Son gente que se puede aprender mucho de ellos
tanto de sus vivencias como de su experiencia y por lo tanto aún tienen mucho
que dar a la sociedad española, aunque algunos no lo crean.
Espero que guste este post y nos
vemos en el próximo. Un abrazo.
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